Puede ser que te parezca un tanto ilógico pensar que el simple hecho de sentarte erguido o caminar con una buena postura pueda contribuir a tener una buena figura ya que no te va a hacer eliminar ni siquiera un gramo de grasa. Pero puede llegar a sorprender la forma en que se relaciona la postura con nuestra salud y apariencia.
Seguramente el simple hecho de leer el título de este artículo ya te hizo corregir tu postura y en este momento estás sintiendo que echaste los hombros para atrás, enderezaste la espalda y muy probablemente contrajiste los músculos del abdomen. No me equivoco ¿verdad?
¿Te has detenido a pensar a qué se debe que no todas las personas mantengamos una buena postura? Las causas pueden ser muy variadas dependiendo de las actividades diarias que realizamos. Por ejemplo el pasar mucho tiempo sentado puede ocasionar que la cabeza poco a poco vaya echándose hacia adelante. Así como esa señal, nuestro cuerpo emite muchas otras que indican nuestros hábitos y nos van llevando a adoptar malas posturas que además de producirnos molestias como dolores de cabeza, de nuca, de espalda, etc., con el paso del tiempo pueden también causar problemas de consecuencias irreversibles.
Entonces podemos sacar por conclusión que aunque la mala postura puede deberse a factores ajenos a nosotros como puede ser una altura inadecuada del ordenador, mala visibilidad, asientos inadecuados en el trabajo o en el auto, etc., también puede ser ocasionada por algún problema físico o bien por falta de tono muscular en ciertas áreas del cuerpo, no solamente de los hombros y la espalda.
Podemos hacernos el firme propósito de mejorar nuestra postura al andar o al estar sentados pero si después de algunos minutos, conforme nos vamos relajando la postura erguida se va perdiendo es señal de que debemos poner atención para remediar la situación.
Y ¿cómo podemos saber qué músculos debemos trabajar para mejorar la postura? Lo ideal es ejercitarnos de manera integral no solamente para mejorar la postura sino para que todos los grupos de músculos trabajen en forma equilibrada. Esto va a permitir que haya una buena circulación en nuestro cuerpo, un buen drenaje linfático, eliminación de toxinas y mejor oxigenación celular entre otros beneficios.
Pero por ejemplo si vemos que al sentarnos o al estar de pie en forma más o menos relajada nuestro abdomen muestra una tendencia hacia abajo, o si las caderas van demasiado hacia adelante esto denota que debemos fortalecer la parte baja de la espalda. Si los hombros son demasiado redondeados o demasiado rectos ello significa que el pecho es más fuerte que la espalda o que los músculos del cuello son muy débiles. La espalda curva puede indicar entre muchas otras cosas, la falta de elasticidad en la parte posterior de las piernas.
Una buena postura, además de que permite una mejor circulación también facilita la respiración y por lo tanto una mejor oxigenación, que también tiene repercusiones en nuestro bienestar mental.
La mala postura puede conducir a que en algunas partes del cuerpo se acumule grasa, se deterioren los tejidos, se dañen las articulaciones y con el tiempo se puede presentar algunas malformaciones de tipo irreversible que además de deteriorar nuestra imagen deterioran nuestra salud.